
En Colombia, a pesar de los riesgos que enfrentamos diariamente como ciudadanos, tanto a nivel personal como empresarial, la cultura del aseguramiento sigue siendo limitada. Mientras que en muchos países se considera un pilar de protección y estabilidad financiera, en nuestro contexto aún persisten barreras culturales, económicas y de conocimiento que frenan su adopción masiva.
En este blog exploraremos las razones detrás de esta situación y por qué es vital desarrollar una cultura de aseguramiento que contribuya a una mejor calidad de vida y estabilidad económica en el país.
1. Falta de conocimiento y educación financiera
Uno de los principales factores que influye en la baja cultura de aseguramientos en Colombia es la falta de educación financiera. Muchos colombianos no conocen en profundidad los beneficios que puede traer un seguro en diferentes ámbitos: salud, vivienda, automóviles, empresas, vida, entre otros. La información no siempre está disponible de manera accesible, y el concepto de seguro suele verse como un gasto innecesario en lugar de una inversión a largo plazo para prevenir situaciones de crisis.
2. Desconfianza en las instituciones
La falta de confianza en las instituciones financieras y aseguradoras también es un factor importante. Históricamente, algunas personas han experimentado dificultades al momento de reclamar un seguro, lo que ha generado un ambiente de escepticismo y desconfianza. Muchos ciudadanos sienten que las aseguradoras no cumplen con lo prometido o que las cláusulas son confusas, lo que reduce la intención de adquirir seguros.
3. Costos percibidos como altos
Para muchas familias y empresas, el costo de los seguros puede ser percibido como alto en comparación con sus ingresos. Esto es especialmente relevante en sectores de la población que viven en situaciones de vulnerabilidad económica. La percepción de que el seguro es algo exclusivo para personas de altos ingresos limita su adopción en otros segmentos de la sociedad, a pesar de que los seguros pueden adaptarse a diferentes niveles de ingreso y tipos de necesidades.
4. Cultura del “vivir al día”
En Colombia, existe una fuerte cultura de vivir el presente sin planear a largo plazo. Este enfoque de “vivir al día” impide que las personas consideren productos como los seguros, que requieren una visión a futuro. La cultura de previsión es baja y, en muchos casos, se prefiere asumir el riesgo en lugar de prevenirlo mediante una inversión en seguros.
5. Carencia de incentivos y promoción
Las políticas públicas y las campañas de promoción de seguros han sido limitadas en alcance e impacto. Existen pocos incentivos para que las personas adquieran seguros, y las aseguradoras no siempre logran transmitir el mensaje de manera clara sobre cómo sus productos pueden ser beneficiosos para la vida diaria. La falta de incentivos fiscales o beneficios tangibles a corto plazo también desincentiva la adquisición de seguros.

¿Por qué deberíamos tener una cultura de aseguramientos en Colombia?
1. Protección ante imprevistos
Los seguros son una herramienta clave para protegernos frente a situaciones inesperadas como accidentes, enfermedades, desastres naturales o pérdidas materiales. Tener un seguro significa contar con una red de seguridad que puede ayudarnos a evitar el colapso financiero ante una crisis. Sin esta protección, los costos de un evento imprevisto pueden desestabilizar tanto a familias como a empresas.
2. Estabilidad económica a largo plazo
Una cultura de aseguramiento también contribuye a la estabilidad económica tanto a nivel individual como colectivo. En un país con alta incidencia de desastres naturales como Colombia, tener seguros contra estos riesgos no solo protege el patrimonio personal, sino que también reduce el impacto en la economía general del país. Las aseguradoras pueden ayudar a mitigar el costo de los desastres y acelerar la recuperación económica tras un evento catastrófico.
3. Fomenta la planificación y la previsión
Tener una cultura de aseguramientos promueve una mentalidad de planificación y previsión. Esto no solo es beneficioso a nivel individual, sino que también fortalece la resiliencia social. Al considerar los posibles riesgos y prepararse para enfrentarlos, las personas pueden tomar decisiones financieras más conscientes y responsables, lo que a su vez mejora la calidad de vida.
4. Mejora el bienestar social
Los seguros pueden contribuir a reducir la pobreza y la vulnerabilidad. Cuando una familia está protegida financieramente, se reducen las posibilidades de que un evento inesperado la empuje a situaciones de precariedad económica. Los seguros permiten a las personas recuperarse más rápidamente de las crisis y, por lo tanto, mejorar su bienestar general.
5. Impulso al desarrollo económico
A nivel macro, una mayor adopción de seguros puede ser beneficiosa para el desarrollo económico del país. Un sector asegurador sólido y confiable genera confianza en la inversión, tanto local como extranjera, y ofrece estabilidad a las empresas. Además, puede reducir la carga sobre el gobierno en caso de desastres o emergencias, lo que permitiría enfocar recursos en otras áreas prioritarias.
Conclusión
Aunque en Colombia aún no hemos desarrollado una cultura sólida de aseguramientos, los beneficios de hacerlo son evidentes. Adoptar una mentalidad que valore la importancia de los seguros no solo protege a nivel individual, sino que también fortalece nuestra economía y nuestra capacidad de resiliencia ante los riesgos que enfrentamos como sociedad. Es hora de cambiar la percepción de los seguros como un gasto innecesario y empezar a verlos como una inversión esencial para nuestro bienestar presente y futuro.